A simple vista, son 78 cartas de papel (22 arcanos mayores y 56 arcanos menores) con símbolos arquetípicos que interpreto y utilizo como tarotista para responder a tus preguntas, resolver dudas y orientarte en tus decisiones. Las cartas son facilitadoras del contenido, por si solas no tienen ningún poder. El Tarot NO crea ni determina tu futuro, solo muestra posibilidades y probabilidades.

Antiguamente, el Tarot era visto como solo un juego; “Le jeu du Tarot” o el juego del Tarot como fue conocido en Francia. En Europa en algún momento el Tarot fue prohibido por las autoridades y por la religión. Para ello se unía con las cartas de los naipes de juego normales con los 22 arcanos del Tarot que eran portados de forma clandestina en encuentros sociales.

En cuanto a sus orígenes, nadie sabe de donde realmente vino el Tarot. Algunos dicen que, de Egipto, otros dicen Italia, Persia o incluso India. Sin embargo, el Tarot se popularizó en Italia en el siglo XV de la época medieval y fue conocido como “Tarocchi”. No es ningún secreto que algunas de las personas más poderosas y ricas en la historia han tenido a los tarotistas a sus servicios. Emperadores, reyes, reinas, y personajes famosos como Napoleón Bonaparte acudieron a tarotistas en búsqueda de respuestas y guía de esta herramienta poderosa.

El Tarot es una herramienta para el cambio y la evolución; es un mapa para la transformación personal. Es en cierto modo, un libro de espejos, que revela las historias que portamos, permitiéndonos revisar las narrativas que dictan nuestras circunstancias y que guían nuestras decisiones. El Tarot es un instrumento que nos permite descubrir nuestras verdades ocultas y nuestra naturaleza esencial como humanos en el camino de la vida.

La lectura de Tarot tiene una duración de 50 minutos en los que puedes realizar todas las preguntas que desees acerca de distintos temas (amor, trabajo, decisiones) en el tiempo que alcance.